viernes, 17 de septiembre de 2010

Oculto #3

De camino a la ciudad, comencé a pensar en si sería o no la única superviviente, idea que descarté al instante, porque de haber sido de otra forma, ¿por qué yo? No hice nada especial para sobrevivir. Tal vez la gente había huído mientras yo estaba inconsciente, o simplemente tuve un golpe de suerte.
Estaba cansada, no quería ir a buscar ropa, había sido un día duro y solo quería tumbarme en el sofá, o en la cama, o donde fuera.
De pronto, me ví en una de las carreteras de entrada y salida a la ciudad, estaba saturada de coches vacíos, destrozados muchos de ellos, cuerpos mutilados por el suelo, y la carretera que antes se antojaba firme y una, ahora era una superficie resquebrajada, levantada por algunas partes, un espectáculo digno de ver.
Pude haberme sentido aterrada, horrorizada por la masacre sucedida hacia nosotros, los hombres, esa despiadada especie que destruye todo cuanto se apodera, y hacía siglos que creíamos habernos apoderado de la tierra que pisábamos. Por eso no sentí ni un ápice de lástima hacia nosotros, lo teníamos merecido a pulso, habíamos convertido el planeta entero en un estercolero.
-¡Cuánto daño! - suspiré antes de cerrar la puerta de un coche de una patada - ¡Cuánto daño hemos causado, y cuántos años de padecimiento nos quedarán por pasar!
Un ruido me devolvió a la realidad. ¡Era un cláxon! Había alguien ahí conmigo, en la carretera, reclamando mi atención. Había sonado en la otra punta, en dirección a la entrada de la ciudad.
Pronto me subí de un salto al capó de un coche, y de éste al techo. Intenté agudizar la vista, buscando a alguien, pero estaba aturdida y no vi a nadie. El cláxon volvió a sonar, dándome pistas para encontrar a quién me llamaba.
Corrí de coche en coche hasta que mi vista logró reconocer a un tipo negro corpulento, tirado en el suelo, con un brazo lo suficientemente largo como para llegar al volante del coche contiguo y rebentar el cláxon a puñetazos.
-¡Eh, tú! - gritó con acento claramente africano - ¡Tú! ¡Tú estabas haciendo ruido! ¡Te he oído! ¡Vamos, ayúdame a salir de aquí!
Enseguida despertó mi aturdida cabeza y me acerqué corriendo, dando saltos de coche en coche, tan rápido como me lo permitieron los pies. Me sorprendió mi actitud, nunca había sentido tanta necesidad de ayudar a alguien.

2 comentarios:

  1. Joooooooo y que maaaaaas ???? siempre te kedas en lo mas interesante...xD kien es el negro ? k pasa aora ? y cuando van a salir bixos ???y k bixos son ?? tengo un monton de preguntas y eso es weno preciosa ! tienes k ir sacando un capi x semana, k se te da bien crear tensión y curiosidad :P tk wapisima , sigue con esta istoria !!! (algun dia la podremos imprimir y todo ;))

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  2. El negrooooo ay el negrooo, el negro es importante, sí señor

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