miércoles, 15 de septiembre de 2010


''-¡Yo lo sé todo! ¡Todo sobre usted y sobre todos, puesto que soy el único que tiene un control absoluto sobre cuanto sucede en este mundo.
-Se olvida de Dios.
-¡No! Yo no me olvido de Dios. Pero lo cierto es que Dios se ha olvidado de mí. ¡Y también de ustedes!
-Eso suena a blasfemia.
-Entre mis muchas atribuciones está el derecho a blasfemar - reconoció de inmediato el extraño personaje -. Lo quiera o no, soy el único que continúa firme en su puesto, eterno e inmutable. Si se detiene a reflexionar sobre el tema se dará cuenta de que dioses hay muchos, y que incluso han ido cambiando con los tiempos y las culturas, pero que en casi todas las religiones, adoren al dios que adoren, siempre existe una figura inalterable, y ésa es la mía. Existen dioses justos, coléricos, vengativos o bondadosos, y los hombres llevan millones de años matándose entre sí por imponer sus propias creencias al respecto, pero nadie ha matado a nadie por convencerle de que soy mejor o peor de lo que soy. Blancos, negros, amarillos, cobrizos, cristianos, musulmanes, budistas o sintoístas se empeñan en marcar sus diferencias en casi todo, menos en lo que se refiere a la representacion del mal cuando se lleva a sus últimos extremos.
-¿Y eso le enorgullece?
-¡Mucho! Diga lo que diga, quien quiera que lo diga, soy el auténtico eje sobre el que continúa girando un pequeño mundo del que su creador hace ya milenios que se olvidó.''


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