lunes, 11 de mayo de 2009

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Oído, olfato, vista, tacto y gusto. Todos los sentidos se me alteran cuando está cerca, cuando le oigo, cuando está tan cerca que solo respiro su aroma, cuando me roza, cuando me mira, cuando me besa. Todo mi cuerpo se revoluciona, mi respiración aumenta, mi pulso se pone a mil pulsaciones por minuto y la sangre corre tan rápidamente por mis venas que el calor alcanza mi cuerpo y sonroja mis mejillas.

Ni un tequila a las 10 de la mañana, ni una calada de la mejor hierba, ni una dulce brisa a la orilla del mar hacen latentes las sensaciones que su simple presencia me provoca.

1 comentario:

  1. debe de ser muy afortunado,aquel que produce tales sensaciones....y que crea tal sentimiento en el interior....

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