Este cuarto apesta a mediocridad, tabaco y lágrimas rancias de cocodrilo.
Las mentiras serán buenas en determinados momentos,
¿pero después?
¿Qué queda después?
¿Quién te va a creer?
Ni aunque te mueras por decir que es cierto, que te crean, yo no lo voy a hacer,
porque a mí
ya me has fallado.
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