Muchas veces parece que ya se haya borrado por completo, parece que no va a volver a atacar tu mente, pero hay cosas que no se olvidan facilmente. Hay cosas que están mejor apartadas en un recóndito rinconcito de tu psique que revoloteando constantemente.
En solo un segundo, solo una palabra han bastado para cogerme el estómago, hacerle un nudo y tirarlo al fondo del mar.
Por eso hay palabras que es mejor guardarlas, callarlas, pues aunque parezcan no tener ningún valor, pueden convertirse en un hachazo en las costillas.
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